miércoles, 28 de marzo de 2007

KERMES! APPETITE: sábado 14 de abril, 16 hs.



KERMES! APPETITE: sábado 14 de abril, 16 hs.
APPETITE - Chacabuco 551
Presentaciones en vivo de Klemm, Djs Pareja, Mascarpone, Yilet, Aldo Benítez, Baywatch, Obsesión y Berger Musik.
Puestos de Lulu J., Bianchi, Iriart, Cusnir, Persico, Pedraza, Leopoldo, Limantes, Papa, Ramsey, Gigoletta, Risso, Cecy & Gastix, Ferrer, Lamothe & más...


El sábado 14 de Abril desde las 16 a 02 hs se llevará a cabo la primer Kermés!Appetite 07 en Chacabuco 552, San Telmo.
Con la Kermés se busca desarrollar un estimulo lúdico y sumamente placentero en la práctica del arte y el feedback en vivo (artista/objeto/público), creando un juego en el marco de una gran fiesta. Es un lugar de 400 mts que será cubierto por puestos tipo feria, con dos escenarios para la presentación de bandas en vivo, una carcel vip, una boite de lentos, barra de tragos, degustaciones varias, lugares de ocio, patio de comidas, sala de lectura, desfiles chongos, etc....
Es un open-gallery-total, donde se combinarán performances, escenas y acciones. El evento culmina con una gran subasta-baile de todos los "objetos".

sábado, 24 de marzo de 2007

Marcela Sinclair, inauguración 30/03, 19 hs.

Entonces mi vista cayó sobre las siete altas bujías que estaban sobre la mesa. Al principio, tomaron el aspecto de la caridad, y parecían ángeles blancos y esbeltos, dispuestos a salvarme; pero de pronto se apodero de mi espíritu una nausea mortal, y sentí que todas las fibras de mi ser se estremecían como si hubiera tocado el cable de una pila galvanizada, mientras las formas de ángeles se convertían en espectros sin sentido, con cabezas de fuego, y vi que de ellos no podía esperar ninguna ayuda. Y entonces se introdujo furtivamente en mi fantasía, como una rica nota musical, el pensamiento del dulce descanso que debe de haber en la tumba.

De POE, Edgar Alan, El pozo y el péndulo. Trad. Marta Gallo. Ed Atlántida, Bs. As. 1969

1.
La intervención sobre la vidriera de la galería consta de dos operaciones.
La primera es cegarla con tiza molida mezclada con agua y cola vinílica lavable aplicada con brocha muy gruesa. El blanco que ciega la ventana y sobre el que se raspa el dibujo es una pintura all-over hecha al modo que se puede ver en ventanas de edificios en obra, locales en alquiler, locales cerrados.
Luego se traza un dibujo con varilla de madera blanda y se descubren zonas con pincel y trapo secos. El diseño es una construcción geométrica. Toma en cuenta la forma del soporte - ventana, el método de representación perspectiva y el paisaje arquitectónico que la vidriera enmarca. Se construye combinando las particiones regulares del rectángulo (diagonales, medianas, grilla, ángulos rectos, rectas paralelas), con otros elementos compositivos como punto de fuga y línea de horizonte y con referencias a lo que se ve a través del vidrio, de ambos lados (fragmentos de arquitectura).
La vidriera es un rectángulo. La vidriera es para ver a través. La vidriera muestra un espacio. La vidriera está en un espacio.
Formada como pintora, la idea del cuadro-ventana será un eje (La perspectiva, la lectura del espacio, en tanto diagonales fugando hacia un horizonte. El cuadro como transparencia, hecho para ver a través una realidad que se presenta “tal como es”). También la geometría (El rectángulo como composición plana. El cuadro como opacidad, como cosa concreta en el espacio). En un espacio determinado. (Es la vidriera de un local a la calle. Como las que se ciegan transitoriamente con tiza entre un alquiler y otro, una remodelación o una quiebra). Local ocupado por una galería de arte (En que se muestra arte visual, se da a ver arte).
La composición, el cuadro, la ventana, la vidriera, como algo que deja ver, impiden ver y da una forma a lo que vemos.

2.
El espacio queda dividido, enmarcado y definido en tanto a un lado u otro de la ventana.
El espacio para ver queda del otro lado del vidrio. Con el corte que establece, le da un comienzo, lo dota de una cara plana a partir de la cual empieza. En el mismo acto, hace desaparecer el espacio de nuestro lado del vidrio, que se reduce a lugar desde el que mirar. Pasa a ser íntegramente el lugar de la mirada, por lo tanto invisible.
El vidrio es para ver a través, pero no es transparente. El espacio ofrecido a la mirada a través del vidrio se ofrece parcialmente. El vidrio selecciona qué se puede ver y qué no, subraya algunos elementos y esconde otros, favorece ciertos movimientos de la mirada…
Ventanas como metáforas del Ojo, en el que fluyen Humores. Y la Perspectiva como intento de volver transparente el Ojo, aséptico, para asi llegar a una Verdad del Espacio. (La visión se ha asociado insistentemente a la capacidad para llegar a la verdad. Sentido privilegiado en la trinidad Visión - Razón - Verdad. La construcción racional del espacio representada por el esfuerzo perspectivo puesta en relación con una Verdad del espacio. El espacio objetivo de la Ciencia y el espacio creado por Dios coincidiendo en la Perspectiva Lineal. La perspectiva disciplinando el movimiento de los humores y su tendencia al desborde… Asquerosidad, inmundicia de la materia!).
El vidrio divide el que era un espacio en dos y hace aparecer un tercero: en la cuasi bidimensionalidad del vidrio hay un mundo… el mundo-limite, en el que la perspectiva se revela como dibujo, la tiza como pintura, el vidrio como materia: visible. El espacio de las transacciones, de las relaciones, del lenguaje: ahí se cuece una mirada (operación hacia el “interior”) y un mundo que mirar (operación hacia el “exterior”).
Por otro lado el desborde es blanco. El desborde de los humores es deslumbrante! Como el acaecimiento de la verdad! La verdad revelada seria la insignificancia de lo real: lo real es idiota, absolutamente singular, y por eso excede el mecanismo del sentido… pero el que irrumpa lo real idiota en la conciencia cada tanto, no inhibe el mecanismo de significación, el trabajo psíquico mas duradero, constante esfuerzo de reinterpretación de contenidos que conoce el delirio en la negación de sus limites.

Algunas de sus obras:







Breve curriculum

Estudio pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, luego licenciada en Artes Visuales por el IUNA en 2004. Realizo clínica de obra con Tulio de Sagastizabal (2002-2005). En 2006 Clínicas del Rojas, dirigidas por Diana Aisenberg y Rafael Cippolini. Durante 2005 y 2006 participo de clínicas y grupos de reflexión autogestionados junto con otros artistas.

Exposiciones colectivas: Palermo Fest. Casa Joven del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires/ Bazar artístico itinerante - Bazar virtual. Artechacra en arteBA / Cultural Chandon 2006. Museo de arte contemporáneo de Salta / Panorámica. Colección Orbital en Periférica. C.C.Borges / Sala B. Oficina Proyectista / San Cristóbal X 16. Alberti 1033, 1º C (2006) // En lo de Noemí. Palestina 532, 2º A / Ego Trip. Galería Appetite / Muestro. Galería Belleza y Felicidad / Artechacra en Periférica. C.C.Borges / Cultural Chandon 2005. Museo Timoteo Navarro, San Miguel de Tucumán (2005) // Estudio Abierto, Espacio Proyecto (2004)

Exposiciones individuales: La habitación giratoria y la cascada de agua. Oficina Proyectista (2006) / Conducta de las langostas respecto de la formación de nubes. Casona de los Olivera (2005)

Intervenciones en el espacio público: The Bond Street Affaire. Galería Bond Street / Cuadro Ventana. Casa Joven del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires / El Gran Vidrio de Aguirre. Aguirre 560 (2006) // Inmanente. Pasaje Barolo (2004). Vive y trabaja en Buenos Aires.



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Entrevista a Marcela Sinclair. Por Lalo Mir en La vida es arte.
http://www.youtube.com/watch?v=Xa6i17llH6c
Gentileza de: Matias Massuh


jueves, 22 de marzo de 2007

Preferiría sí hacerlo - Nota en suplemento Radar de Página 12

plastica > daniela luna: sexo, dinero y arte

Preferiría sí hacerlo

Acaba de ampliar una galería que había inaugurado con dos pesos en el 2005. Está decidida a que el arte absorba y refleje la hiperinformación a la que todos estamos expuestos. Pretende que los artistas de su galería puedan vivir de su trabajo. Planea solventar a los menos “vendibles”. Quiere buscar entre los adolescentes. Y no le faltan ideas para conseguir dinero. Artista, galerista y curadora, Daniela Luna se propone llevar adelante un proyecto integral que inyecte hormonas y color al arte argentino y cuya primera avanzada ya desembarcó en el Centro Cultural Borges.


Por Natali Schejtman

Un paseo por el site appetite.com.ar es un desfile flúo y movedizo de mujeres en éxtasis (o en su búsqueda), dentaduras animales lascivas y salivosas, cuerpos casi desnudos y distintas escenas de humo y fuego. También, un catálogo abrumador de links (de la misma galería) que enseñan todos los formatos de pulso presente con los que hoy las personas y los proyectos pueden comunicarse: my space, blogspot, fotolog, YouTube. Pero además, esos incontables trampolines a nuevas y nuevas ventanas de fotos, novedades y videos no sólo son las recargadas herramientas con las que cuenta un espacio llamado Apetito, sino que también son puertas de entrada, titilantes en neón cibernético, a otros dos proyectos, que pretenden ser tan claros en su propuesta como el proyecto madre: Devora-me y Tanto deseo. Ah, encima, la banda de sonido que comienza instantáneamente para este recorrido que intenta desesperadamente rebasar los límites de una pantalla de computadora arranca con la cantante R&B-bombón asesino llamada Kelis que susurra: No tienes que quererme, incluso no tienes que gustar de mí... Pero vas a respetarme... ¿sabés por qué?... ¡Porque soy una mandona!... Okay, entendimos: rabia, carne, calentura. On line.

Pato para montar de Daniela Luna, cubierto de látex y cera chorreada.

Hambre, hambre, hambre

La mujer que esculpe toda esta hormodelia fálico-virtual se llama Daniela Luna y, si quisiera, podría corregir el lema de Marta Minujin (“¡Arte arte arte!”) por uno más acorde a su condición de pac-woman: esto es hambre hambre hambre. Hambre y sexo, una yunta psi que puede ser un poco la bandera –conceptual, y a veces literal– de este nuevo espacio de arte contemporáneo, y también un nuevo sacudón a la abulia que pintó de gris algunos escenarios culturales y jóvenes: “Cuando quise empezar con esto sentía que había ciertas necesidades que no estaban siendo contenidas y quizás explotadas. Varias de ellas relacionadas con la cuestión del sexo dentro del arte y dentro de la vida”, explica Luna, que supo pintarse a sí misma en posiciones muy osadas y mostrarlo al público sin ningún pudor, aunque por ese trabajo descubrió significativos prejuicios propios y ajenos. Este ímpetu sexual, es cierto, es muy sensible al contexto que amenaza todo el tiempo con limitar semejante declaración de intenciones a la espectacularidad y el exhibicionismo. Como carta de presentación, como gesto y como realidad en varios artistas, como Yamandú Rodríguez o la misma Luna, igual es un giro atractivo: “sexualidad, color, energía”, tres patas de su interés.

Luna: artista, galerista y curadora.

Mucho ojo

Cuando Luna decidió a mitad del 2005 materializar en una pequeña galería de arte muy contemporáneo un proyecto ambicioso llamado Appetite no sabía exactamente para dónde iba a ir, pero se dejó guiar por sus ganas de hacer cosas. Su interés fue siempre darle un lugar privilegiado no sólo a la experimentación, que defiende a ultranza, sino también al mercado del arte: buscarlo y crearlo cuando no existiera, como pasa frente a algunos artistas, para lograr que su troupe pudiera vivir del arte. También, se entregó a algo que repite y mitifica: una estrategia. Es justo acá donde parece haber un corte con la comparación obligada, Belleza y Felicidad, galería y espacio muy local que en 1999 reformuló el circuito y la idea de legitimación en el arte y se convirtió en base y centro de reunión de un movimiento joven prolífico y un referente ineludible en cualquier discusión cultural, aunque nunca hizo alarde de una impronta muy comercial. A comienzos de este año, Fernanda Laguna anunció el cierre de la galería (no del espacio), que más o menos coincide con la ampliación de Appetite.

Una foto de Yamandú Rodríguez, una de las artistas de la galería que saca fotos de chicas (de las que no muestra la cara) que conoce por chat o fotolog.

Mientras que en un principio Luna apenas pudo alquilar un local en la calle Venezuela (que ahora se prepara para Tanto deseo, un proyecto de experimentación artístico-erótica pero sin exhibición al público), el crecimiento sostenido de la galería le permitió mudarse a fines del año pasado a un espacio mucho más grande. En el primer Appetite, todo era más espontáneo o inclinado a la hojita colgada dibujada con birome. También, era más pobre: “Tiene que ver con la estrategia. Cuando empecé tenía muy poco dinero: o me fundía o funcionaba. Mi proyecto tiene más que ver con un lugar como éste, pero Venezuela fue como un primer paso y la única manera que se me ocurrió en ese momento para romper con la primera impresión de local común (no tenía plata para darle una onda más elaborada) fue hacerlo más como lo viviríamos nosotros. Surgían obras espontáneas y los artistas, al integrarse con el lugar y al vivir en el lugar, empiezan a dejar cosas y la gente a veces no se daba cuenta de qué era obra y qué no: eso me interesaba para descolocar. Tal vez la gente ahora se esté dando cuenta de que todo era mucho menos ingenuo de lo que parecía”. En este nuevo Appetite hay dos salas: una, la blanca, tiene la decoración más clásica de las galerías, con cuadros en formatos más convencionales, pero con una sobrecarga de información visual (hay decenas de cuadros de distintos artistas en una misma pared) 100 por ciento planificada y muy a tono con el frenesí visual esquizoide postera fotolog-google-etcétera que la galería ensalza y aprovecha, en donde el juego se da entre la contemplación y el ojeo ansioso. El otro, en el fondo, más galpón, es un espacio gigante reservado para obras de formato menos aprehensible: “Yo soy así. Me gustan las cosas espontáneas, me llama el caos, pero a la vez me interesa mucho la estructura y el orden. Acá puedo combinarlos mejor”.


Una de las paredes de Appetite que respira el espíritu de Luna: saturadas de obras, como el público está saturado de información.

Que se vengan los chicos

Pero Luna no es una yuppie del arte joven, ni por cerca. El discurso de afianzar económicamente la galería y a sus artistas, que tampoco es cínico e incluye un proyecto de gestión para solventar económicamente a artistas cuya obra es poco “vendible”, va de la mano y se retroalimenta con toda naturalidad con el deseo de convertir a Appetite en un lugar inmenso y lleno de tentáculos en el que pase de todo. Por eso la inauguración vino con bandas, por eso a partir de abril habrá una kermesse por mes (organizada por el diseñador Rubén Zerrizuela). Luna quiere todos los públicos y ahora está entusiasmadísima por empezar a trabajar incluso con la energía de los adolescentes. En principio, tiene planeada una muestra con ellos de “Fans” para junio. Pero además, ya incluyó en sus paredes hiperpobladas a una artista de 20 años, Victoria Colmegna, que se destaca por juguetear con temáticas de una preadolescencia bien: tapas de libros de la colección Sweet Valley y pijamas-parties con camisones rosas y todo el sabor del chicle globo, pero con tanto colorante que puede ser medio tóxico.


Obras de tres de los cinco artistas de Destroyers, la muestra que Luna curó en el C.C. Borges.

Dentro de esta táctica expansiva, Appetite está presentando una muestra en la entrada del Centro Cultural Borges. Bajo el nombre Destroyers (que casualmente coincide en el Borges con “La guerra al malón”, de Carlos Alonso), cinco artistas de Appetite jugaron con el espacio y con algo relacionado con la violencia, también armada, poniendo en primer plano una ambigüedad muy sugerente y provocativa de los elementos que utilizan. Hay un ejército de Alicias en el País de las Maravillas enfiladas en el suelo (de Mercedes Cosci), un hombre casi en cueros con los ojos tapados y una pistola en la cintura pintado sobre una pared y, sobre otra, un besote sorpresivo de chica a chica, con ganas y fuerza (ambos de Ana Vogelfang), además de un helicóptero tamaño real (de Ariel Cusnir), entre otras cosas. Luna contempla la variedad de obra que hay en esta muestra (y sonríe por lo desconcertante que puede resultar), pero insiste en remarcar la característica que subyace a todos. Y que a ella le interesa más que otras: “Todos tienen ganas de crecer. A mí me interesa trabajar con gente que tenga ganas, hambre, voracidad. Sin eso, no me interesa”.

La muestra Destroyers estará en el Centro Cultural Borges hasta el 19 de abril. Appetite se encuentra en Chacabuco 551.