jueves, 26 de julio de 2007

PRÓXIMAS INAUGURACIONES 27/07, 19 hs


1) PRÓXIMAS INAUGURACIONES 27/07, 19 hs
- INSIDE LAND
por Mercedes Cosci (instalación-objeto textil)
- LAS PRINCESAS VIVIRÁN, LAS TERRORISTAS MORIRÁN
por Lux Lindner (gentileza de Florencia B.M.)
- EL ARTE NUNCA ES GRATIS
por Jorge Porcel Peralta (instalación)


2) Ciclo de cine oriental y anime Calamar Radiactivo
A partir de las 19 hs en APPETITE
30 de Julio

- Capítulos de Samutai Champloo
Serie que narra las aventuras de dos samurais completamente opuestos, quienes juran a una chica encontrar al samurai que huele a girasoles.
- Kibakichi (Kibakichi Bakko Yokaiden) (97 min)
Director: Mugi Kamio
Un hombrelobo samurai, que recorre el mundo, se ve envuelto en medio de un pueblo de monstruos que se alimentan de piel humana.



3) CONVOCATORIA MUESTRA DE FANS
Material de FANS pueden acercarlo a APPETITE:
dibujos, collages, video, remeras, etc, cualquier cosa relacionada con la banda que te gusta y cómo todo eso se materializa. Es en octubre, esta muestra está destinada a fans, no importa si son o no artistas
http://www.appetite.com.ar/app/appetite_fans.html



4) CONVOCATORIA DE TANTO DESEO
Envia material a appetiteproyectos@gmail.com o acerca un CD a Chacabuco 551

martes, 10 de julio de 2007

Nota muestra Nicolás Mastracchio para revista La Mano junio 2007

Nicolás Mastracchio
“Oscuro objeto del deseo”


La instalación “Oscuro objeto del deseo” que Nicolás Mastracchio (1983) está exponiendo en la galería Appetite es un recorrido que invita al espectador a vivenciar la intensidad consumista del hombre actual, desde su infancia hasta la adultez. Mastracchio participó en 2 ediciones de Currículo 0 y acaba de mostrar sus fotos en la feria de arteBA. Laura Batkis atravesó la acumulación excesiva de imágenes y objetos de su instalación mientras el artista le contaba cómo pensó esta muestra donde la fatalidad pareciera ser una trampa del deseo extraviado en el anhelo del poder.


¿Cómo pensaste esta instalación “Oscuro objeto de deseo”?
“A partir del montaje de una biblioteca, una silla y un mueble. El mueble se cae y la silla blanca está como sosteniéndolo. Y esta fue la primera idea que tuve para la muestra, ese sutil equilibrio que apenas sostiene todo.”
Esta instalación es como un relato, con secuencias narrativas.
“Sí, es la vida de una misma persona desde que nace hasta los 40 años, describiendo cómo es a partir de los materiales que consume, en 4 espacios: niño, adolescente, universitario y adulto”

Una vez ingresada en la instalación está el cuarto del niño, que tiene entre 5 y 7 años. Es un día de juego.

“Traté de ponerme en ese momento de cuando yo tenía esa edad y jugaba un sábado a la mañana en mi casa antes de que todos se despertaran, y la pasaba muy bien, aunque no quise hacer una lectura obligatoriamente auto referencial. Es un juego violento, una matanza de animales carnívoros y personajes de comics o de películas de dibujitos animados. Por ejemplo una pelota de basket pintada, que parezca divertido, que de sensación de desorden, pero que tenga a la vez una mirada plástica, estética. Una silla llena de mocos verdes. La pared está repleta de cartas de truco, de High School Musical, de dinosaurios y de los power rangers. Y en medio de todo esto un poster de los Simpsons y una foto de “La última cena” en juguetes Lego. Un motivo religioso que se repite en una mesa que viene inmediatamente después en la otra escena de la sala”.
¿Por qué los Simpsons?
“Por la simultaneidad, muchas cosas pasando al mismo tiempo y además habla de este tipo de familia. Están desayunando pero cada uno está haciendo cosas distintas”

El espacio del adolescente está empapelado con un azul metalizado, fotos de zapatillas Niké. Una bicicleta que se va desramando, esquíes, una carpa un palo de hockey sobre patín. Un armario para guardar ropa sucia de donde salen remeras anudadas que penetran un aro de basket .

¿Qué consume el adolescente?
“Ya empieza con las marcas. En la pared la hay una chica rubia con un remera que dice Nike, es la parte un poco pajera de del chico de 13 años que empieza con una cosa masturbatoria”.
Es un imaginario de cosas un poco absurdas..
“Claro, como la estantería ubicada a 4 metros de altura con una planta, que al estar tan alta no se puede regar, o el velador en la misma situación.
El habitante de esta muestra empieza a consumir desde que es chico: los chicles, las figuritas, las cartas. Comer, consumir. En la mesa hay pastillas, es una insinuación a que tiene que empezar a estimularse, empieza el doping, las botellas de Gatorade y el consumo de drogas”
Tiene que estimularse….
Sí, y consumir drogas.

Pasamos a otra escena de la muestra. Hay una mesa de una especie de “ultima cena versión 2007”. Una tabla alargada, con 13 platos que contienen imágenes de Nike, Bart Simpsons, Björk, Scarlett Johansson, Brad Pitt, Mario Bross, Eminen, Mc Donald’s, hoja de marihuana, éxtasis, dos aviones que remiten a las torres gemelas, las dos chicas de Tatoo y un I Phone sobre la manzana mordida de Mac.

“La foto del I Phone sobre la manzana de Mac representa la comunicación, es un teléfono que todavía no salió al mercado. La foto la armé yo, está en el centro como si fuera Cristo, de alguna forma”

La mesa está sostenida por dos televisores, y abajo hay un super nintendo. De manera natural, cuando los espectadores adolescentes entran se ponen a jugar sentados debajo de un poster pegado en la tabla de la mesa con la imagen de Cristo en la que se lee: “Mírame y estaré contigo”.

En tu versión de la última cena ¿son todos personajes mediáticos?
Si, son personajes o imágenes que salen de la televisión. En uno de los monitores que sostiene la tabla se muestra un zapping que grabé de la televisión, y que comienza con la película “El club de la pelea” donde está Brad Pitt y cuenta la historia de un tipo que es un oficinista que compra todo lo que hay en un catálogo y termina volviéndose loco. Cambia y se pone en contra del sistema y tira abajo un edificio que tiene todas las cuentas bancarias de la gente de Estados Unidos. Él cambia pero sigue teniendo una misma pasión enloquecida. Como el personaje de mi muestra. Todo el tiempo vive momentos de intensidad.
Contame cómo imaginás a este personaje de tu muestra.
Clase social media - alta, por las marcas que consume.

Llegamos al ambiente del universitario, que tiene 20 años. Alfombra, una cortina con perlitas de plástico. Un ambiente un poco kitsch, oscuro, como algunos bares de la noche.

“El personaje se empieza a acercar a su zona más oscura. Hay un escritorio dado vuelta pintado de amarillo, con diferentes situaciones. Botellas de cerveza Stella Artois y Heineken, apoyadas, como después de una fiesta íntima con pocas personas que tomaron mucho, colillas de cigarrillos, cajas de Camel, latas de Quilmas, cenizas.
También hay un cajón con apuntes y muchos lápices que están penetrando el cajón. Preservativos colgando, y un espejo con tela de leopardo. Muestra que empieza a consumir pornografía y no le importa mostrarla. En otro mueble
hay un vidrio, una luz negra y una balanza con un espejo y unas cerámicas plateadas. Es un altar de la cocaína”

Finalmente pasamos a la etapa del adulto de 40 años. Es una oficina repleta de planillas con números, cables, computadores, y los fetiches de deseo están más ligados al poder económico. Hay estanterías con objetos pintados de dorado como el celular V3 Dolce Gabana, un libro de “modern marketing” y la foto de fundas dentales de diamantes.Y un inquietante mueble con cuchillos clavados.

“En la idea de mutilarse, de autodestrucción, de este hombre clavándose sus propios cuchillos, pero bueno….la idea ya está en la oficina, esa destrucción y ese desorden que es algo que le pasa interiormente al personaje que tiene algún tipo de dolor, del cual no es consciente. No puede más.
En la última cena donde comienza la instalación de la muestra, es el momento previo a la pasión, al desencadenamiento de la catástrofe. Y lo que sigue es como la documentación de la tragedia personal de una vida”.

¿Cuál es para vos alguna parte importante, que sea clave en la interpretación de tu obra?
La frase en el poster de Cristo, “Mírame y estaré contigo”, porque sintetiza lo que es hoy el arte contemporáneo.

miércoles, 4 de julio de 2007

Ana Vogelfang y lo que podría estar pasando por Eva Grinstein


Nos cuesta distraer la ley y probar otras formas de mirar: lo primero que se le pide a una imagen figurativa es que cuente una pequeña historia. Después, la mayoría de las veces, también se le demanda que la historia funcione en sus capas como colchón para que el espectador pueda tirarse a encontrar referencias, identificación, evocaciones y todo lo que sea capaz de proyectar. Es el gran costo de la figuración. Representar, no sólo presentar; decir, no sólo mostrar.
Desde el principio Ana, igual que más tarde esos hipotéticos espectadores, se interroga sobre las personas que aparecen en sus cuadros, cuadros ahora crecidos en realismo si los comparamos con otros anteriores. Aunque sabe perfectamente de dónde salieron –del libro de un fotógrafo amado, de una revista hojeada por casualidad, de la web, de fotos familiares– mira esos rostros y a veces no los reconoce. Tengo algo con la paranoia, dice cuando empezamos a hablar del título que eligió para la muestra. Conspirativa es la teoría y también, casi sin que nos demos cuenta, la práctica, teñida por las preguntas tácitas acerca de lo que podría estar pasando. El pánico está de moda pero el futuro es paranoico.
Ana pinta rodeada de cuerpos y de varias caras con ojos que se le clavan; están los del chico con disfraz de reno, los de la hermanita cambiando los dientes, los de una mujer camuflada junto a unos vasos de vidrio (alguien ahí ve tragos perfumados y yo, brotes que esperan la tierra). Son miradas que se enrarecen mientras se las mira y que podrían esconder cosas ocurriendo detrás de escena. Rápida y fresca en los murales, más lenta y dubitativa en las telas, la mano de la pintora dibuja sin miedos de escala y sin pretensiones de retratista. Estos retratos no quieren parecerse a nadie, del mismo modo que el color y la línea no se desesperan por mantener esa uniformidad serial que identifica a un autor coherente. Hay una cierta predilección por las cejas, tal vez. Y, desarmando estándares, unos tonos que pueden vibrar, opacarse o diluirse, volverse densos o desnudos según la necesidad de cada cuadro.
Alguna vez, hace unos cuantos años, me contaron sobre un artista que terminó de montar su exposición, se quedó solo en la galería, puso música y bailó como un loco entre sus cuadros iluminados. Me pregunto qué haría Ana, sola entre las paredes altísimas de Appetite, a merced de estas pinturas y de las historias que (ella también: es la ley) imagina.


Eva Grinstein
junio 2007

martes, 3 de julio de 2007

Millones de formas de estar desnudos por Cippolini

Apuntes sobre Fantasy, de Yamandú Rodríguez


Podríamos comenzar por definirnos así: somos la única especie (animal o no) que se desviste. Por supuesto, nos resulta tan imprescindible ponernos la ropa como sacárnosla. Es algo que todos hacemos millones de veces a lo largo de nuestras vidas. Algunos fanáticos (los nudistas) proponen una economía al respecto, que no es nada distinto al diseño de un pacto diferencial con nuestras anatomías.


¿Nos vestimos para desvestirnos o al revés?


Sin embargo, hay quienes se encargan de fabricar dispositivos para eternizar el ritual y multiplicar sus efectos y sentidos. Cada uno centrífuga en su memoria, en nuestro personal banco de imágenes, decenas de estéticas que la industria del desnudo capitalizó durante décadas y décadas y desde todos los medios imaginables. Examino rápidamente mi cabeza y enseguida enumero un staff multiforme en el que se entremezclan los heterogéneos estilos de Betty Page, Playboy, Divito, Armando Bo, Pier Paolo Pasolini, Guido Crepax, Russ Meyer, Tinto Brass, Antonioni, la tapa de Electric Ladyland de Hendrix, Milo Manara, Moana Pozzi (¡cuantos italianos!), Stanley Tunick, Traci Lords, Altuna y muchísimo hentai, para citar sólo unos pocos ejemplos que barajan a discreción el más alto arte con el kitsch sexuado.


La imaginación hace el resto.


El casting de Yamandú Rodríguez nos vuela la cabeza precisamente por eso: vuelve doméstica la sensación de que no existe una desnudez, sino millones.


Ya lo sabemos: cada cuerpo enuncia lo suyo y no hay nada que eluda su manifestación. Como señala Angela Carter “nuestra carne nos llega desde la Historia, como todo. Podemos creer que copulamos libres de todo artificio social; en la cama hasta nos parece tocar los fundamentos mismos de la naturaleza humana. Pero nos engañamos. La carne no es un universal humano irreductible.”


Nos quitamos la ropa, toda la ropa, y no nos despojamos de nada. Todo permanece en su sitio: las dificultades psíquicas y morales de nuestra clase social, las peripecias de nuestras familias, las dudas, nuestros deseos sexuales y existenciales, la ansiedad y el temor, los zigzagueos de nuestras biografías, nuestras oscilaciones económicas, no hay nada que no pueda leerse en nuestra piel, en nuestros pliegues, cavidades y miembros. Una enorme mayoría de nuestras elecciones permanecen culturalmente inscriptas en esta, nuestra materia.


Hasta donde tengo noticia no existe aún ninguna Historia Cultural del Desnudo, es decir, un relato entre enciclopédico y antropológico que pueda leerse como la inversión exacta de Le Costume Historique - aquellos clásicos seis volúmenes de Albert Racinet publicados a fines del siglo XIX-, o sea, ya no una narración plural de las formas y costumbres del vestirnos, sino más exactamente sobre las peripecias y estrategias del desvestirnos.


Bueno, sin esta promesa jamás hubieran existido los voyeurs.


Así es: los atuendos nos singularizan, nos constituyen, organizan las maneras sociales en las que seremos visualizados, entendidos, interpretados y hasta valorados. Las prioridades de nuestros desvestirnos son aún más enfáticas; con ellas una y otra vez subrayamos la axiología de cómo nos inventamos, la complexión última del personaje que interpretamos.


La publicidad del rito incentiva su masificación. Parémonos sólo unos minutos frente a cualquier kiosco de revistas de la ciudad: los desnudos, ya parciales o totales, vencen. Abruman numéricamente. Lo mismo que las películas, excepcionales son aquellas que no lo incluyen.


Por esto mismo, singularizar esta situación es uno de los mayores desafíos que puede elegir un artista.


Creo recordar que en uno de sus carnets Michel Tournier se refirió a ciertos indicios de desnudez que se descubren en los retratos de una cara; diversamente Yamandú (de quien adoptamos su nombre de pila, como ya hicimos con Macedonio, Beck o Björk) propone que examinemos -como si se tratara de un iceberg- la porción que habitualmente creemos más sumergida. Es el gesto que determina la separación de los hemisferios: lo público nos encuentra cubiertos de aquello de lo cual nos despedimos con el íntimo movimiento de despojarnos de todo lo que obstaculiza la observación de nuestra piel.


Nos desvestimos para nosotros mismos, incluso cuando lo hacemos para otros.


Seguramente desobedeciendo la intención de su autor, las mejores imágenes de Yamandú nos disparan hacia el ranking invulnerable de nuestra memoria afectiva. El mío es elemental y moderno, un top two: L'origine du monde, la pintura de 55 x 46 cm que Gustave Courbet pintó en 1866 (un escorzo del cuerpo de su amante, la pelirroja Joanna Hiffernan, donde el sexo ocupa el primer plano) por encargo para Jalil-Bey, embajador turco en París y que mitificaron desde Théophile Gautier a Jacques Lacan, quien compró la obra como obsequio para su mujer Sylvia, así como la canción Chelsea Hotel nº 2 que Leonard Cohen escribió rememorando un encuentro con Janis Joplin que hoy es leyenda y poema.


Es decir, un título que lo dice todo (la mejor lección de retórica) y un par de versos que me perseguirán por lo que me reste de vida.


Rafael Cippolini
curador invitado
Otoño de 2007

lunes, 14 de mayo de 2007

Appetite en arteBA 2007


NOTA DE PRENSA: ARTE DE EXPORTACION

Appetite (Ver nota central), espacio dirigido por la joven artista Daniela Luna, se inauguró hace dos años en un pequeño local de San Telmo, y atrajo velozmente la atención de varios coleccionistas que determinaron la suerte del emprendimiento. Luna, viene a cubrir en gran medida el hueco que dejó Fernanda Laguna de Belleza y Felicidad, que al comenzar el año decidió abandonar el papel de galerista. Al igual que Laguna, la joven Daniela Luna sabe suplir las carencias con ingenio, y tiene un concepto flexible de la función que puede cumplir una galería en el complejo contexto del arte porteño. Appetite se ha convertido en hogar, taller o lugar de encuentro sin horario fijo para albergar -en parte-, artistas (Legón, Yamandú Rodríguez, Juliana Iriart, Yanina Szalkowicz, Nicanor Araoz, Ariel Cusnir, y Rafael González Moreno entre otros) que hoy producen obras de sumo interés. A Luna la acompañó la suerte, no sólo tiene a poderosos coleccionistas como clientes, sino además a galeristas extranjeros. El primero en apreciar la calidad de sus artistas fue el galerista Sicart de Barcelona, que presentará argentinos en su stand de arteBA.

fuente: Actualidad del arte - Ambito 14/05/2007

jueves, 10 de mayo de 2007

Sobrenatural Danza

APPETITE / INVITA ESTRENO
Sobrenatural Danza
Dirección: Natalia Tencer

Sábados 12, 19, 26 de Mayo 18hs
Espacio Ecléctico Humberto Primo 730
Reservas 4307 1966

Domingos 3, 10, 17, 24 de Junio 17hs
Espacio Callejón Humahuaca 3759
Reservas 4862 1167
Localidades $ 12

fenómenos imaginarios crean el cuerpo de sobrenatural. se arrojan sobre él como una fuerza superior, de manera precipitada y sin prudencia. establecen un dialogo que acontecen en su territorio, fundando la actividad poética de un cuerpo que piensa. averigua las estrategias para sobrevivirse a si mismo. busca como expresar presencias de otros cuerpos que aparentan ser imposibles en el suyo. desafía situaciones múltiples y complejas donde la contradicción y la incomodidad se interponen como obstáculos físicos y poéticos a resolver. habita el estado de quietud de las formas, desde un interior dado vuelta. lucha continuamente por encontrar una movilidad que habrá de arrancarlo, transformarlo y liberarlo. disputa de un ser - por - nacer viviendo el fenómeno mismo donde se origina la danza. en la desnudez que permite ver más allá de la dimensión de la piel.

Ficha técnica:
Dirección e interpretación: Natalia Tencer
Composición Musical: Nicolás Diab
Diseño de iluminación: Leandra Rodríguez
Asistencia de dirección: Lucía Russo y Lucas Cóndro
Asistencia coreográfica: Leylen Segundo y Laura González
Prensa y difusión: Ana Giura
Arte: Juan Gasparini
Diseño grafico: Sebastián Feinsilber

viernes, 27 de abril de 2007

INAUGURACIONES, 27/04 19 hs.


VIERNES 27 DE ABRIL, 19 hs.
Inauguración de Martín Legón, Nicolás Mastracchio y Mauro Guzmán
APPETITE - Chacabuco 551
Abril es el mes más cruel - Martín Legon
Objeto oscuro del deseo - Nicolás Mastracchio
I feel like Linda Blair - Mauro Guzmán
Continúa: Modelización Psicogeométrica IV - Marcela Sinclair

Appetite y Tanto Deseo invitan Gallery Nights en La Europea, Arenales 1415
Yamandú Rodríguez, Marcelo Galindo, Kuki Benski y Daniela Luna http://www.hostnews.com.ar/2007/prov/abr/020277.htm
Pueden ir un rato y después venir a APPETITE

sábado, 7 de abril de 2007

Con nombre y apellido



¿Quién se queda en una fiesta un domingo hasta las 5 de la mañana? Un músico de rock, seguro. Después de su show en el festival Quilmes Rock, Stefan Oldsal y Steve Hewitt -bajista y baterista de Placebo- se encaminaron hasta la galería de arte Appetite: ahí los esperaba una fiesta organizada por la galerista Daniela Luna , con la intención de presentar a los Placebo y a sus fans, y registrar los resultados para una muestra que colgará en julio, sobre "cosas hechas por fans: dibujos, cartas, banderas..." Oldsal, además, había cumplido años, así que también fue homenajeado con una torta y algunas botellas de whisky. Una, por ejemplo, la llevaba en su cartera una alemana que vive en Buenos Aires. "Me la regaló el de Placebo", indicaba, incapaz de deshacerse del souvenir.

Espectáculos, La Nación
http://www.lanacion.com.ar/897572
06/04/2007

miércoles, 28 de marzo de 2007

KERMES! APPETITE: sábado 14 de abril, 16 hs.



KERMES! APPETITE: sábado 14 de abril, 16 hs.
APPETITE - Chacabuco 551
Presentaciones en vivo de Klemm, Djs Pareja, Mascarpone, Yilet, Aldo Benítez, Baywatch, Obsesión y Berger Musik.
Puestos de Lulu J., Bianchi, Iriart, Cusnir, Persico, Pedraza, Leopoldo, Limantes, Papa, Ramsey, Gigoletta, Risso, Cecy & Gastix, Ferrer, Lamothe & más...


El sábado 14 de Abril desde las 16 a 02 hs se llevará a cabo la primer Kermés!Appetite 07 en Chacabuco 552, San Telmo.
Con la Kermés se busca desarrollar un estimulo lúdico y sumamente placentero en la práctica del arte y el feedback en vivo (artista/objeto/público), creando un juego en el marco de una gran fiesta. Es un lugar de 400 mts que será cubierto por puestos tipo feria, con dos escenarios para la presentación de bandas en vivo, una carcel vip, una boite de lentos, barra de tragos, degustaciones varias, lugares de ocio, patio de comidas, sala de lectura, desfiles chongos, etc....
Es un open-gallery-total, donde se combinarán performances, escenas y acciones. El evento culmina con una gran subasta-baile de todos los "objetos".

sábado, 24 de marzo de 2007

Marcela Sinclair, inauguración 30/03, 19 hs.

Entonces mi vista cayó sobre las siete altas bujías que estaban sobre la mesa. Al principio, tomaron el aspecto de la caridad, y parecían ángeles blancos y esbeltos, dispuestos a salvarme; pero de pronto se apodero de mi espíritu una nausea mortal, y sentí que todas las fibras de mi ser se estremecían como si hubiera tocado el cable de una pila galvanizada, mientras las formas de ángeles se convertían en espectros sin sentido, con cabezas de fuego, y vi que de ellos no podía esperar ninguna ayuda. Y entonces se introdujo furtivamente en mi fantasía, como una rica nota musical, el pensamiento del dulce descanso que debe de haber en la tumba.

De POE, Edgar Alan, El pozo y el péndulo. Trad. Marta Gallo. Ed Atlántida, Bs. As. 1969

1.
La intervención sobre la vidriera de la galería consta de dos operaciones.
La primera es cegarla con tiza molida mezclada con agua y cola vinílica lavable aplicada con brocha muy gruesa. El blanco que ciega la ventana y sobre el que se raspa el dibujo es una pintura all-over hecha al modo que se puede ver en ventanas de edificios en obra, locales en alquiler, locales cerrados.
Luego se traza un dibujo con varilla de madera blanda y se descubren zonas con pincel y trapo secos. El diseño es una construcción geométrica. Toma en cuenta la forma del soporte - ventana, el método de representación perspectiva y el paisaje arquitectónico que la vidriera enmarca. Se construye combinando las particiones regulares del rectángulo (diagonales, medianas, grilla, ángulos rectos, rectas paralelas), con otros elementos compositivos como punto de fuga y línea de horizonte y con referencias a lo que se ve a través del vidrio, de ambos lados (fragmentos de arquitectura).
La vidriera es un rectángulo. La vidriera es para ver a través. La vidriera muestra un espacio. La vidriera está en un espacio.
Formada como pintora, la idea del cuadro-ventana será un eje (La perspectiva, la lectura del espacio, en tanto diagonales fugando hacia un horizonte. El cuadro como transparencia, hecho para ver a través una realidad que se presenta “tal como es”). También la geometría (El rectángulo como composición plana. El cuadro como opacidad, como cosa concreta en el espacio). En un espacio determinado. (Es la vidriera de un local a la calle. Como las que se ciegan transitoriamente con tiza entre un alquiler y otro, una remodelación o una quiebra). Local ocupado por una galería de arte (En que se muestra arte visual, se da a ver arte).
La composición, el cuadro, la ventana, la vidriera, como algo que deja ver, impiden ver y da una forma a lo que vemos.

2.
El espacio queda dividido, enmarcado y definido en tanto a un lado u otro de la ventana.
El espacio para ver queda del otro lado del vidrio. Con el corte que establece, le da un comienzo, lo dota de una cara plana a partir de la cual empieza. En el mismo acto, hace desaparecer el espacio de nuestro lado del vidrio, que se reduce a lugar desde el que mirar. Pasa a ser íntegramente el lugar de la mirada, por lo tanto invisible.
El vidrio es para ver a través, pero no es transparente. El espacio ofrecido a la mirada a través del vidrio se ofrece parcialmente. El vidrio selecciona qué se puede ver y qué no, subraya algunos elementos y esconde otros, favorece ciertos movimientos de la mirada…
Ventanas como metáforas del Ojo, en el que fluyen Humores. Y la Perspectiva como intento de volver transparente el Ojo, aséptico, para asi llegar a una Verdad del Espacio. (La visión se ha asociado insistentemente a la capacidad para llegar a la verdad. Sentido privilegiado en la trinidad Visión - Razón - Verdad. La construcción racional del espacio representada por el esfuerzo perspectivo puesta en relación con una Verdad del espacio. El espacio objetivo de la Ciencia y el espacio creado por Dios coincidiendo en la Perspectiva Lineal. La perspectiva disciplinando el movimiento de los humores y su tendencia al desborde… Asquerosidad, inmundicia de la materia!).
El vidrio divide el que era un espacio en dos y hace aparecer un tercero: en la cuasi bidimensionalidad del vidrio hay un mundo… el mundo-limite, en el que la perspectiva se revela como dibujo, la tiza como pintura, el vidrio como materia: visible. El espacio de las transacciones, de las relaciones, del lenguaje: ahí se cuece una mirada (operación hacia el “interior”) y un mundo que mirar (operación hacia el “exterior”).
Por otro lado el desborde es blanco. El desborde de los humores es deslumbrante! Como el acaecimiento de la verdad! La verdad revelada seria la insignificancia de lo real: lo real es idiota, absolutamente singular, y por eso excede el mecanismo del sentido… pero el que irrumpa lo real idiota en la conciencia cada tanto, no inhibe el mecanismo de significación, el trabajo psíquico mas duradero, constante esfuerzo de reinterpretación de contenidos que conoce el delirio en la negación de sus limites.

Algunas de sus obras:







Breve curriculum

Estudio pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, luego licenciada en Artes Visuales por el IUNA en 2004. Realizo clínica de obra con Tulio de Sagastizabal (2002-2005). En 2006 Clínicas del Rojas, dirigidas por Diana Aisenberg y Rafael Cippolini. Durante 2005 y 2006 participo de clínicas y grupos de reflexión autogestionados junto con otros artistas.

Exposiciones colectivas: Palermo Fest. Casa Joven del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires/ Bazar artístico itinerante - Bazar virtual. Artechacra en arteBA / Cultural Chandon 2006. Museo de arte contemporáneo de Salta / Panorámica. Colección Orbital en Periférica. C.C.Borges / Sala B. Oficina Proyectista / San Cristóbal X 16. Alberti 1033, 1º C (2006) // En lo de Noemí. Palestina 532, 2º A / Ego Trip. Galería Appetite / Muestro. Galería Belleza y Felicidad / Artechacra en Periférica. C.C.Borges / Cultural Chandon 2005. Museo Timoteo Navarro, San Miguel de Tucumán (2005) // Estudio Abierto, Espacio Proyecto (2004)

Exposiciones individuales: La habitación giratoria y la cascada de agua. Oficina Proyectista (2006) / Conducta de las langostas respecto de la formación de nubes. Casona de los Olivera (2005)

Intervenciones en el espacio público: The Bond Street Affaire. Galería Bond Street / Cuadro Ventana. Casa Joven del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires / El Gran Vidrio de Aguirre. Aguirre 560 (2006) // Inmanente. Pasaje Barolo (2004). Vive y trabaja en Buenos Aires.



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Entrevista a Marcela Sinclair. Por Lalo Mir en La vida es arte.
http://www.youtube.com/watch?v=Xa6i17llH6c
Gentileza de: Matias Massuh


jueves, 22 de marzo de 2007

Preferiría sí hacerlo - Nota en suplemento Radar de Página 12

plastica > daniela luna: sexo, dinero y arte

Preferiría sí hacerlo

Acaba de ampliar una galería que había inaugurado con dos pesos en el 2005. Está decidida a que el arte absorba y refleje la hiperinformación a la que todos estamos expuestos. Pretende que los artistas de su galería puedan vivir de su trabajo. Planea solventar a los menos “vendibles”. Quiere buscar entre los adolescentes. Y no le faltan ideas para conseguir dinero. Artista, galerista y curadora, Daniela Luna se propone llevar adelante un proyecto integral que inyecte hormonas y color al arte argentino y cuya primera avanzada ya desembarcó en el Centro Cultural Borges.


Por Natali Schejtman

Un paseo por el site appetite.com.ar es un desfile flúo y movedizo de mujeres en éxtasis (o en su búsqueda), dentaduras animales lascivas y salivosas, cuerpos casi desnudos y distintas escenas de humo y fuego. También, un catálogo abrumador de links (de la misma galería) que enseñan todos los formatos de pulso presente con los que hoy las personas y los proyectos pueden comunicarse: my space, blogspot, fotolog, YouTube. Pero además, esos incontables trampolines a nuevas y nuevas ventanas de fotos, novedades y videos no sólo son las recargadas herramientas con las que cuenta un espacio llamado Apetito, sino que también son puertas de entrada, titilantes en neón cibernético, a otros dos proyectos, que pretenden ser tan claros en su propuesta como el proyecto madre: Devora-me y Tanto deseo. Ah, encima, la banda de sonido que comienza instantáneamente para este recorrido que intenta desesperadamente rebasar los límites de una pantalla de computadora arranca con la cantante R&B-bombón asesino llamada Kelis que susurra: No tienes que quererme, incluso no tienes que gustar de mí... Pero vas a respetarme... ¿sabés por qué?... ¡Porque soy una mandona!... Okay, entendimos: rabia, carne, calentura. On line.

Pato para montar de Daniela Luna, cubierto de látex y cera chorreada.

Hambre, hambre, hambre

La mujer que esculpe toda esta hormodelia fálico-virtual se llama Daniela Luna y, si quisiera, podría corregir el lema de Marta Minujin (“¡Arte arte arte!”) por uno más acorde a su condición de pac-woman: esto es hambre hambre hambre. Hambre y sexo, una yunta psi que puede ser un poco la bandera –conceptual, y a veces literal– de este nuevo espacio de arte contemporáneo, y también un nuevo sacudón a la abulia que pintó de gris algunos escenarios culturales y jóvenes: “Cuando quise empezar con esto sentía que había ciertas necesidades que no estaban siendo contenidas y quizás explotadas. Varias de ellas relacionadas con la cuestión del sexo dentro del arte y dentro de la vida”, explica Luna, que supo pintarse a sí misma en posiciones muy osadas y mostrarlo al público sin ningún pudor, aunque por ese trabajo descubrió significativos prejuicios propios y ajenos. Este ímpetu sexual, es cierto, es muy sensible al contexto que amenaza todo el tiempo con limitar semejante declaración de intenciones a la espectacularidad y el exhibicionismo. Como carta de presentación, como gesto y como realidad en varios artistas, como Yamandú Rodríguez o la misma Luna, igual es un giro atractivo: “sexualidad, color, energía”, tres patas de su interés.

Luna: artista, galerista y curadora.

Mucho ojo

Cuando Luna decidió a mitad del 2005 materializar en una pequeña galería de arte muy contemporáneo un proyecto ambicioso llamado Appetite no sabía exactamente para dónde iba a ir, pero se dejó guiar por sus ganas de hacer cosas. Su interés fue siempre darle un lugar privilegiado no sólo a la experimentación, que defiende a ultranza, sino también al mercado del arte: buscarlo y crearlo cuando no existiera, como pasa frente a algunos artistas, para lograr que su troupe pudiera vivir del arte. También, se entregó a algo que repite y mitifica: una estrategia. Es justo acá donde parece haber un corte con la comparación obligada, Belleza y Felicidad, galería y espacio muy local que en 1999 reformuló el circuito y la idea de legitimación en el arte y se convirtió en base y centro de reunión de un movimiento joven prolífico y un referente ineludible en cualquier discusión cultural, aunque nunca hizo alarde de una impronta muy comercial. A comienzos de este año, Fernanda Laguna anunció el cierre de la galería (no del espacio), que más o menos coincide con la ampliación de Appetite.

Una foto de Yamandú Rodríguez, una de las artistas de la galería que saca fotos de chicas (de las que no muestra la cara) que conoce por chat o fotolog.

Mientras que en un principio Luna apenas pudo alquilar un local en la calle Venezuela (que ahora se prepara para Tanto deseo, un proyecto de experimentación artístico-erótica pero sin exhibición al público), el crecimiento sostenido de la galería le permitió mudarse a fines del año pasado a un espacio mucho más grande. En el primer Appetite, todo era más espontáneo o inclinado a la hojita colgada dibujada con birome. También, era más pobre: “Tiene que ver con la estrategia. Cuando empecé tenía muy poco dinero: o me fundía o funcionaba. Mi proyecto tiene más que ver con un lugar como éste, pero Venezuela fue como un primer paso y la única manera que se me ocurrió en ese momento para romper con la primera impresión de local común (no tenía plata para darle una onda más elaborada) fue hacerlo más como lo viviríamos nosotros. Surgían obras espontáneas y los artistas, al integrarse con el lugar y al vivir en el lugar, empiezan a dejar cosas y la gente a veces no se daba cuenta de qué era obra y qué no: eso me interesaba para descolocar. Tal vez la gente ahora se esté dando cuenta de que todo era mucho menos ingenuo de lo que parecía”. En este nuevo Appetite hay dos salas: una, la blanca, tiene la decoración más clásica de las galerías, con cuadros en formatos más convencionales, pero con una sobrecarga de información visual (hay decenas de cuadros de distintos artistas en una misma pared) 100 por ciento planificada y muy a tono con el frenesí visual esquizoide postera fotolog-google-etcétera que la galería ensalza y aprovecha, en donde el juego se da entre la contemplación y el ojeo ansioso. El otro, en el fondo, más galpón, es un espacio gigante reservado para obras de formato menos aprehensible: “Yo soy así. Me gustan las cosas espontáneas, me llama el caos, pero a la vez me interesa mucho la estructura y el orden. Acá puedo combinarlos mejor”.


Una de las paredes de Appetite que respira el espíritu de Luna: saturadas de obras, como el público está saturado de información.

Que se vengan los chicos

Pero Luna no es una yuppie del arte joven, ni por cerca. El discurso de afianzar económicamente la galería y a sus artistas, que tampoco es cínico e incluye un proyecto de gestión para solventar económicamente a artistas cuya obra es poco “vendible”, va de la mano y se retroalimenta con toda naturalidad con el deseo de convertir a Appetite en un lugar inmenso y lleno de tentáculos en el que pase de todo. Por eso la inauguración vino con bandas, por eso a partir de abril habrá una kermesse por mes (organizada por el diseñador Rubén Zerrizuela). Luna quiere todos los públicos y ahora está entusiasmadísima por empezar a trabajar incluso con la energía de los adolescentes. En principio, tiene planeada una muestra con ellos de “Fans” para junio. Pero además, ya incluyó en sus paredes hiperpobladas a una artista de 20 años, Victoria Colmegna, que se destaca por juguetear con temáticas de una preadolescencia bien: tapas de libros de la colección Sweet Valley y pijamas-parties con camisones rosas y todo el sabor del chicle globo, pero con tanto colorante que puede ser medio tóxico.


Obras de tres de los cinco artistas de Destroyers, la muestra que Luna curó en el C.C. Borges.

Dentro de esta táctica expansiva, Appetite está presentando una muestra en la entrada del Centro Cultural Borges. Bajo el nombre Destroyers (que casualmente coincide en el Borges con “La guerra al malón”, de Carlos Alonso), cinco artistas de Appetite jugaron con el espacio y con algo relacionado con la violencia, también armada, poniendo en primer plano una ambigüedad muy sugerente y provocativa de los elementos que utilizan. Hay un ejército de Alicias en el País de las Maravillas enfiladas en el suelo (de Mercedes Cosci), un hombre casi en cueros con los ojos tapados y una pistola en la cintura pintado sobre una pared y, sobre otra, un besote sorpresivo de chica a chica, con ganas y fuerza (ambos de Ana Vogelfang), además de un helicóptero tamaño real (de Ariel Cusnir), entre otras cosas. Luna contempla la variedad de obra que hay en esta muestra (y sonríe por lo desconcertante que puede resultar), pero insiste en remarcar la característica que subyace a todos. Y que a ella le interesa más que otras: “Todos tienen ganas de crecer. A mí me interesa trabajar con gente que tenga ganas, hambre, voracidad. Sin eso, no me interesa”.

La muestra Destroyers estará en el Centro Cultural Borges hasta el 19 de abril. Appetite se encuentra en Chacabuco 551.

jueves, 15 de febrero de 2007

ESCUPIDO DE LA PANZA DE LA BESTIA. Inauguración 30/03 19 hs.


30/03 al 31/03
APPETITE

Una muestra colaborativa... un intercambio... una intersección trisitio!
Podemos decir que la Bestia puede ser cualquiera o cualquier cosa, pero en este caso, es el gobierno de Estados Unidos y somos escupidos porque luchandodesde adentro, resistimos y
no somos tolerantes ni conformes con la política y las acciones del gobierno de E.E.U.U. afuera de el con el resto del mundo y dentro de el, en su propio país. Y así, dentro de la panza de la bestia, caemos mal y somos escupidos para afuera. Afuera... hasta llegar acá... a Valparaíso, Córdoba y Buenos Aires. Compartiendo diversos medios de arte y creatividad e ideas con gente de estas 3 ciudades de Sudamérica.

Esto es un intercambio donde el arte independiente y de algunos colectivos de arte
van a estar expuesta, de manera temporaria, viajando. Esto va a estar acompañado con una noche de música, djs, danza y más! Esto, con la intención de que alguna de la gente que visite estas muestras quieran dejar su contacto para sumarse a exponer y compartir lo suyo en Boston, Providence y NYC luego.

(...)
abriendo los ojos... somos Escupido de la panza de la bestia.


jueves, 1 de febrero de 2007

Anabella Papa y Gustavo Marrone en APPETITE

del 06/03 al 07/04/2007
VIERNES 6 de marzo, 19 hs., INAUGURACIÓN

Pandillas de verano de Anabella Papa

"Anabella Papa's witty paintings of beautiful, casual violence (schoolboys brawling, a man attacked by a wolf)"





Pinturas parlantes de Gustavo Marrone

"Trato de que mi trabajo hable del sujeto de una manera donde las problemáticas de éste no se aparten demasiado de las formas y materiales que utilizo para presentarlas" . Gustavo Marrone, Noviembre 2006
Gustavo Marrone vive y trabaja en Barcelona. Es artista visual y dirige la sección de arte de la revista b-guided



miércoles, 31 de enero de 2007

SOUNDWALK SAN TELMO, en APPETITE!!! FEBRERO en APPETITE 19 hs. GRATIS, cupo limitado.


En Español:

El Soundwalk San Telmo consiste en realizar caminatas de aproximadamente una hora con grupos de máximo 12, recorriendo rutas específicas de una ciudad determinada. Durante la caminata, el artista que la guía orienta a la gente del grupo para que escuche atentamente los sonidos que toma a menudo como parte ordinaria de su vida cotidiana. Por ejemplo, puede ser que pregunte si los sonidos que oímos son causados por los seres humanos, la naturaleza o la
tecnología. Por una reservación, contacto: nuevoappetite@gmail.com
Ref: En el siguiente link a mi página web puede encontrar información detallada acerca de los soundwalks que he realizado en San Francisco, Nueva York, y Tel Aviv.
http://beautymarsh.com/performance/performance.html

In English:
Which are the sounds we hear and ignore in our community? How can we open ourselves to the joy of a sense we take for granted in our everyday lives? Beneficial for writers, musicians (and others!), please join me on a soundwalk wherein we'll explore the multitude of sounds in San Telmo. We'll also engage in "ear cleansing" exercises as perfected by Vancouver acoustic ecologists in the mid-70s. Just bring comfortable shoes. All ages welcome. Group size limited to 12. Email: nuevoappetite@gmail.com for a spot.
Click here f or more information about soundwalks that Todd has led in San Francisco, New York, and Tel Aviv.
http://beautymarsh.com/performance/performance.html

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Gritan los chicos, suenan las bocinas

El artista neoyorquino Todd Shalom y su caminata sonora
En su primer día en Buenos Aires, Todd Shalom –un artista neoyorquino, de 30 años, que trabaja básicamente con textos, sonidos y videos– fue a recorrer San Telmo.

Escuchó atentamente cada sonido del barrio que le era nuevo: las bocinas de los colectivos, el zumbido del aire acondicionado, el griterío de los chicos jugando en la vereda y más. De pronto se topó con la galería de arte emergente Appetite, y tanto le gustó que propuso realizar desde allí la misma performance que viene probando hace tres años en distintos puntos del planeta, desde San Francisco hasta Tel Aviv: una soundwalk, o caminata sonora por la ciudad.


Daniela Luna –que con 29 años es la directora de Appetite– realizó la convocatoria vía e-mail a una numerosa lista de personas que incluía un público amplio y algunos artistas. Su invitación a vivir la performance fue todo un éxito y terminó armando tres grupos. Una de las citas fue el miércoles último, a las 19, en la galería misma, en Chacabuco 551.

"Cada persona posee sus propios sonidos: sus pasos, sus llaves, sus voces... En las ciudades, los sonidos personales son a menudo opacados por los industriales: los de colectivos, motos, construcciones –sostuvo Shalom antes de recibir a los participantes–. Espero que después de escuchar con más claridad, poniendo en primer plano el sentido auditivo, muchas veces no considerado, tomemos decisiones que permitan la creación de una mayor armonía con nosotros mismos y todo lo que nos rodea."

La primera consigna que lanzó –en inglés, claro, pero con la traducción en simultáneo de Luna– fue quedarse un rato en la galería y hacer un ejercicio: "Formen una ronda, denme sus llaves y cierren los ojos. Cuando reconozcan el sonido de sus propias llaves, por favor aplaudan". Solamente tres personas adivinaron y el resto se equivocó.

A las 19.30, Shalom rogó a todos que apagaran sus celulares y recordó que no está permitido hablar en las soundwalks. "Si alguien escucha un sonido interesante y quiere que los demás presten también atención a eso no tienen más que silbar", aclaró. Y así, en silencio, el grupo atravesó la puerta de Appetite, mientras Luna pedía disculpas porque la galería tenía la persiana baja. "Estamos recién mudados y nos falta poner la vidriera", explicó. Y por supuesto... ¡la silbaron!

Una llovizna comenzó a caer. Más de un asistente precavido había llevado paraguas. Tras pasar por el portón de una fábrica ruidosa, en la puerta de una zapatería en las calles México y Perú, Shalom pidió a su público que se percatara de las distintas clases de sonido: si eran humanos, naturales o industriales; si eran propios o ajenos; si eran repetitivos o únicos; si eran agudos o graves; si eran cercanos o lejanos.

A las 19.45, con el bip de un semáforo para ciegos de fondo, el artista dividió al grupo en parejas y ordenó que uno mantuviera los ojos cerrados mientras el otro lo guiaba con los ojos abiertos. Los seis pares de personas avanzaron cual procesión por la calle México hacia Bolívar ante la mirada atónita de los vecinos.

Shalom emitió un chiflido y las parejas intercambiaron sus roles. Sobre la calle Defensa, en la puerta de un anticuario, el artista se paró detrás de un boquete para explicar la barrera acústica que puede producir un edificio, una pared o un conjunto de objetos.

Y a las 20.15, escondido en la entrada de una casa de la calle Venezuela, hizo una propuesta divertida: "Vamos a entrar de manera desapercibida en un supermercado". Los doce participantes notaron como nunca antes los sonidos de las latas, las bolsas y las botellas dentro de los changuitos. También escucharon el sonido de la cortadora de fiambre y de la caja registradora, mientras que la radio emitía Si tu no vuelves, tema de Miguel Bosé versionado por Chetes y Amaral. Y terminaron comprando productos para disimular ya que los dueños del lugar no dejaban de mirarlos con desconfianza.

A las 20.30, todos regresaron a Appetite. Shalom abrió el debate: "¿Qué sonidos fueron para ustedes los mejores? ¿Y los peores?" El ruido molesto más votado fue, sin duda, el de los colectivos, y el más bello, el de la lluvia. Una hora y media de caminata bastó para crear conciencia de que vivimos en una cultura más que nada visual y no somos conscientes de los sonidos que nos rodean a diario. Finalmente, un chico dijo: "Todd, cerrá los ojos", y todos aplaudieron.


Melina V. Dorfman

Foto: Eva Fisher

fuente: La Nación, Lunes 26 de febrero de 2007 http://www.lanacion.com.ar/886699